Having Faces: Being Neighbor

I came to Guatemala with a Graduate Preaching Fellowship in 2004 to learn to be neighbor. I was ordained at the St. Paul Area Synod Assembly in June 2007 as a pastor of the Iglesia Luterana Agustina de Guatemala and commissioned for service by two Synods of the ELCA and the Global Mission Unit of the ELCA. I serve in Guatemala with the ILAG as a missionary and a pastor.

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Location: Guatemala

Friday, October 29, 2004

My first spanish sermon

The following is the first sermon I preached in spanish about a month ago. Horacio helped me with the translation. We also had to tweak part of the wording because talking about this message being for every street, every family etc, the way I originally wrote it sounded evangelical and not Lutheran... so we altered it a bit so as not to be confusing to the congregation. I preached this at El Mirador in Guatemala City.



¿Hasta cuándo, Señor, he de pedirte ayuda sin que tú me escuches?
¿Hasta cuándo he de quejarme de la violencia sin que tú nos salves?
¿Por qué me haces presenciar calamidades?
¿Por qué debo contemplar el sufrimiento?
Veo ante mis ojos destrucción y violencia; surgen riñas y abundan las contiendas.
Por lo tanto, se entorpece la ley y no se da curso a la justicia. El impío acosa al justo, y las sentencias que se dictan son injustas.

Estas palabras de Habacuc han sido muchas veces sus propias palabras, las palabras del pueblo. Estas palabras han estado en sus bocas, en sus mentes y en sus corazones. Así como cuando muchas veces en su vida han sufrido de la injusticia de este mundo y de este país. Pero en el medio de este sufrimiento ustedes no han estado solos porque Cristo ha estado sufriendo al mismo tiempo con ustedes.

Como dice en Habacuc capitulo 2 versículo 3. Pues la visión se realizara en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento y no dejara de cumplirse. Aunque parezca tardar, esperala; porque sin falta vendrá.

La promesa de Cristo seguramente va a ser llevada a cabo en esta comunidad y en otras comunidades como la de San Rabinac (una de sus Iglesias hermanas) y también a través de Guatemala y aun a mi hogar en Minnesota. Porque esto el lo que Cristo a prometido al mundo.

Frustración y enojo pueden dominar nuestras vidas en nuestros sentimientos y hasta pueden llenar nuestras mentes para que nada mas pueda entrar en ellas. Ustedes pueden orarle a Dios cuando ustedes estén frustrados, cuando ustedes estén débiles, pero también pueden agradecerle a Dios por todo lo que El les ha dado. Todo lo que ustedes tienen es un regalo de nuestro salvador Jesucristo.

Cada comunidad, cada familia, cada persona ha sido bendecida con diferentes dones, incluyendo el don de la fe. La promesa de Jesucristo, la cual es de ustedes, no es falsa, es solamente la verdad. A través de toda su vida a ustedes les han dado falsas promesas las cuales no han sido cumplidas. Por ejemplo,
promesas del gobierno, promesas de vecinos, promesas de todo tipo, hasta el punto que es difícil para ustedes confiar cualquier otra promesa que les den. Pero la promesa de Dios de que ustedes son sus hijos y que ustedes son conocidos por El puede ser confiada. Cristo va a regresar. Ahora en el tiempo que esperamos que Cristo regrese, Dios nos ha dado la tarea de unirnos a nuestros hermanos en necesidad y cargar la cruz de Cristo y seguir el camino de Dios.

Dios los ha llamado a ustedes para que hagan esto, así como lo que hemos escuchado en la segunda lectura que dice, Pues Dios nos salvo y nos llamo a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia.

El quiere usar sus dones y la bendición que El les ha dado a ustedes para el beneficio de sus hermanos, ¿y quienes son esos hermanos? Son los hermanos que están sentados a su lado, la gente que ustedes no quieren voltear a ver en la calle, la gente que esta en estas comunidades en extrema necesidad que nadie quiere atender, y aun yo que soy una extraña en estas comunidades. Estos son sus hermanos y hermanas en Cristo.

Así como escuchamos en el Evangelio, tenemos el llamado a servir, ese es nuestro llamado. Ustedes pueden realizar su tarea porque Cristo los ha liberado para velar por sus hermanos, para ayudarlos y construir relaciones con ellos al mismo tiempo.

Pero Cristo primero los cambia a ustedes para que ustedes puedan ver el exterior de su propia persona y para ver también mas allá de sus propias necesidades y para ver a sus hermanos y hermanas en Cristo como verdaderos hermanos y hermanas.

Ustedes están llamados por la gracia de Dios para servir y llevar una vida sagrada. Por que Dios ha destruido la muerte, Cristo es más poderoso que la muerte misma, la ultima palabra pertenece a Cristo únicamente y eso es la palabra de la vida. Porque Dios sobrepaso el sufrimiento, la muerte, y aun la tumba por ustedes para que puedan vivir una vida nueva en Cristo.

Ustedes han sido liberados del miedo y les ha sido dada una vida en la que ustedes pueden confiar en la promesa de Cristo para con su vida. Porque su promesa es verdadera, en el Evangelio de hoy escuchamos que nuestra fe es como una semilla de mostaza, una semilla tan pequeña, tan insignificante que si la botan seria muy difícil de encontrar porque se escondería entre el polvo que hay en el suelo. No escondan su fe, su fe no es algo que tienen que guardar para ustedes mismos como que si fuera un tesoro que ustedes quieren guardar solo para ustedes. La fe es un don que tiene que ser vivida. Un don que tiene que ser usado con el regalo de fe que Dios les ha dado a ustedes, ustedes han sido llamados para servir en el nombre de Cristo en todo el mundo, para sufrir por sus hermanos y hermanas en Cristo como el sirviente en la lectura del Evangelio.

Ustedes tienen que hacer su tarea. Y yo confío que a través del amor de Cristo ustedes lo harán. Ustedes tienen el llamado de cumplir su deber como hijos de Dios, tienen el llamado de cuidar de sus hijos, enseñarles acerca de Dios, acerca de vivir en comunidad, acerca de respetarse el uno con el otro. Ustedes tienen el llamado de cuidar de sus padres y de sus abuelos, sus vecinos y aun de personas que ustedes no conocen.

Ustedes necesitan ser quienes se preocupan por el más necesitado. En sus acciones, en todo lo que ustedes hagan, sean la luz de Cristo en la vida de estas personas. Confíen cuando los tiempos sean difíciles porque Cristo va a estar siempre en sus vidas. Dios sabe sus necesidades y las necesidades de los que los rodean. Confíen en que Dios los esta usando para servir a sus hermanos y hermanas en Cristo. Confíen en que la promesa de Jesucristo nunca será falsa y siempre será la verdad. Lleven este mensaje del amor de Cristo en donde a ustedes se les sea posible, en la calle, a toda comunidad, a todo hogar en la ciudad y en el campo. Compartan esta alegría porque es de ustedes y es para que ustedes la prediquen.

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